Pamela David habló con la revista Ahora de la dulce espera que vive junto a Daniel Vila: "Por suerte. Viene todo perfecto". La conductora, admitió que "antes de que tomáramos la decisión de buscarlo, tenía muchísimos temores".
‑Siempre fuiste figura en todos los desfiles y hoy te toca verlos desde abajo de la pasarela… ¿Cómo lo vivís?
‑Una sola vez había ido a ver un desfile de mi amigo Claudio Cosano en el que participaban varios diseñadores, aunque yo solamente presencié su pasada. Me gusta desfilar, pero hoy en día la panza no lo permite. De todas maneras me pone muy feliz poder verlos desde otro lugar. Es como un mimo que siempre me inviten.
‑¿Cómo viene el embarazo?
‑Muy bien, por suerte. Viene todo perfecto. Antes de que tomáramos la decisión de buscarlo, tenía muchísimos temores, que son normales porque son cosas que te marcan en la vida y hay que analizar todo antes de intentarlo. Por eso es natural que tuviera un poco de miedo porque me imaginaba haciendo reposo durante los nueve meses de embarazo, porque yo ya había tenido ese tipo de problemas. Por suerte este que estoy viviendo ahora es un milagro: cada análisis que me hago es perfecto, cada revisión a la que me someto también sale muy bien. Es un embarazo que, gracias a Dios, estoy disfrutando.
‑Al estar embarazada, ¿se te complicaba a la hora de conducir?
‑No, aunque cuando había momentos un poco tensos y me ponía nerviosa me afectaba bastante, sobre todo porque tengo problemas con la presión. Ahí es cuando aflojaba un poco y decía "basta". Entonces me apoyaba en mis compañeros y delegaba mucho. Cuando tenía una semana intensa me pedía algún viernes de descanso. El límite siempre fue la salud: mientras estuviera bien y no sintiera ningún síntoma raro iba a seguir haciéndolo. Ahora que estoy pasando por el séptimo mes y se aproxima el momento del parto decidí que lo mejor era frenar un poco, tomarme un respiro. Por suerte siempre pude llevar bien las dos cosas, la conducción del programa y la evolución de mi embarazo, pero en su momento sentí que me molestaba bastante cuando se trataba algún tema complicado.
‑¿Fue algo que venías midiendo vos o tu pareja también pensó que lo mejor era que pararas un poco?
‑El sabía que a mí también me hacía muy bien trabajar. Es algo que siempre me llena de felicidad, que disfruto muchísimo porque me hace sentir entera. La verdad es que, como no había problemas con el embarazo, estuvo de acuerdo en que siguiera y me apoyó al máximo. Gracias a Dios pude convivir con las dos cosas y Daniel (Vila) me aguantó este deseo de seguir trabajando durante mi embarazo. Además, cuando surgía alguna complicación o no me sentía en condiciones de conducir, tenía la posibilidad y el permiso de tomarme el día, descansar, relajarme y poder seguir con mucha tranquilidad mi embarazo.
‑¿Cómo tomó tu hijo Felipe la llegada de su hermanita?
‑Lo pedía todo el tiempo. Noche a noche le rogaba a su ángel de la guarda que yo quedara embarazada para poder tener un hermanito. El quería un varón. Por eso, cuando se enteró de que va a venir una nena, tardó un poco más en asumirlo. Sé que se va a morir de amor cuando la conozca, que la va a cuidar muchísimo y que van a ser muy unidos. Seguramente, una vez que tenga a Lola, volverá a pedir por el varón porque es lo que quería pero, cuando nazca, va a estar muy contento y se van a llevar muy bien. Como madre lo siento todo el tiempo y por eso estoy segura de eso.
‑¿Y tu pareja?
‑Es un padrazo. Lo sé porque veo cómo es con sus otros cinco hijos. Con María Luisa, que es la más chiquita, es súper protector: está todo el tiempo pendiente de ella. Está bueno que sea así porque me hace dar cuenta de que la decisión que tomamos es correcta. Tener un hijo es algo hermoso, pero también hay que tener mucha responsabilidad y ser consciente de las condiciones en las que puede llegar ese bebé. No es fácil tomar una decisión así. Sé cómo es Daniel como padre y estoy segura de que no le va a hacer faltar nada a nuestra hija, porque es muy protector y le va a dar todo su amor. Realmente las cosas vienen muy bien y estoy inmensamente feliz con este momento que me toca vivir. Una vez que nazca Lola, nos espera una gran tarea para poder cuidarla y darle todo. Queremos que sea perfecto. Vamos a estar pendientes de ella todo el tiempo.
‑¿Casamiento para cuándo?
‑No queremos. Nunca pensé que el casamiento es bueno. Cuando me casé, fue porque estaba enamorada, pero delegando una idea que era la que tuve siempre. Estamos muy bien así. Por eso no quiero planificar nada.
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