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martes, 2 de agosto de 2011

Hiperexigencia: Sin tiempo para parar

  • Impactó, ver a alguien bailando, con una repentina caída, nos deja sin aliento, nos conmueve.
  • Pero también nos debe hacer pensar de la manera que vivimos. Lo que observamos en la pantalla refleja lo que nos pasa a todos de manera cotidiana.

La vida pareciera que a veces nos sobrepasa, el tiempo no nos alcanza para cumplir con las responsabilidades. La familia, el o los trabajos, los hijos.

El cuerpo empieza a pasarnos cuenta de la hiperexigencia, y comienza a enviarnos señales que muchas veces pasamos desapercibidas. En ese trajín, comemos mal, dormimos mal y seguimos en la rueda sin estar demasiado conscientes de lo que puede sucedernos.

La caída de la modelo Rocío Guirao Díaz, simboliza en algún punto, esto que les planteaba con anterioridad de la falta de tiempo para parar, para “recalcular” para definir prioridades.

Si bien el embarazo es un estado fisiológico, las mujeres luego del mismo suelen tener algunos déficits nutricionales, incluso se perpetúan durante el amamantamiento.

Uno de los más frecuentes es la anemia. Si a eso le sumamos un estado de permanente gasto calórico, obviamente existe un desequilibrio, que puede traer consecuencias en la salud. Ayer observamos a un paciente con pérdida de conocimiento, y un traumatismo craneoencefálico, y facial.

Surge la pregunta, ¿hubo antes de la caída algún suceso que la provocara?, es decir el paciente sufrió mareos, un sincope o lipotimia o algún otro evento que le genero posteriormente la caída? Si observamos el video, hubo por el tipo de baile, continuos “latigazos cervicales” con hiperextensión e hiperflexión de cuello, situación que pudo a ver colaborado a generar una baja de oxigeno a nivel cerebral, y llevado a mareos y / o sincope.

La caída genera un politrauma con un traumatismo de cráneo, facial y cervical, que a su vez hay que investigar que lesiones acarreas.

Un médico capacitado puede tener un correcto manejo de esta situación. Protocolarmente un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento, requiere una rápida evaluación y traslado para hacer tomografía cerebral y de columna cervical de ser necesario, y además existiendo politrauma, se descartaran otro tipo de lesiones en otros huesos u órganos; así mismo habrá que estudiar las causas que pudiesen haber originado un sincope.

Ayer vimos un buen manejo de la situación. Dejar al paciente cuello, no moverlo. Vimos al médico haciendo una evaluación rápida neurológica, y rápidamente se observó la llegada de una tabla rígida para traslado.

En las imágenes posteriores al corte vimos a la paciente inmovilizada, con cuello ortopédico, imagines que en mi humilde opinión me gustaría no haber visto. La paciente estaba lúcida, lo cual es un buen signo, pero igual debe cumplirse el protocolo. Había que esperar la ambulancia.

Una de las inquietudes que me surge es si en un espectáculo de estas características y con la gran cantidad de gente presente, y personas haciendo difíciles performances o sometidas a situaciones de estrés, no sería conveniente tener de forma permanente una ambulancia.

Si esto no hubiese sido un accidente leve, un solo medico, sin apoyo es poco lo que puede hacer si no cuenta con la complejidad necesaria. Fíjense que en la mayoría de lugares donde se desarrollan actividades deportivas, hay permanentemente una ambulancia.

Ahora bien, ¿Qué pasará ahora? ¿Prevalecerá el sentido común, de tomar este “accidente” de manera seria, colaborar para que el paciente pare, se plantee si es necesario hacer tanta cosa? O prevalecerá, el acá no pasó nada, y hay que empecinarse en demostrar que está todo bien. ¿Para reflexionar no? A veces hay que parar a tiempo, antes de que el tiempo nos pare a nosotros.

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